La vida silencia quién sabe si por pura ironía, tus vestigios de ilusiones que van asomando en pequeños destellos a lo largo de tu vida. Doblegando los momentos que encierran tus más altas espectativas de haberte creído llegar, a tu momento cumbre.
Para luego, como si de una simple quimera se tratara, seguir brindandote una y otra vez la misma o similares oportunidades. Convirtiéndose en una rueda perpetua que dá como resultado, la suma de tu existencia.
Y es que no es más que la pura realidad de un camino inexorable hacia la madurez, el conocimiento, la experiencia… Una lucha constante cuya máxima expresión se representa, en el volver a levantarse creyendo en uno mismo.
Iván A.